Los millennials
La generación millennial está cobrando fuerza en el mercado de trabajo y continuará haciéndolo durante los próximos años. Las empresas suelen dejar muy claro lo que buscan en un empleado a través de las ofertas de trabajo, pero, ¿qué buscan los millennials en una empresa?
¿Qué valoran en una empresa?
Teniendo en cuenta los aspectos que les caracterizan, se hace mucho más comprensible que se vean motivados por factores diferentes que las generaciones anteriores. A continuación, vemos algunos de los elementos que influyen en su decisión respecto al lugar de trabajo:
Flexibilidad
Uno de los aspectos mejor valorados de un trabajo es que tenga horarios flexibles y vacaciones. Esta relevancia se debe a que facilita la conciliación de la vida laboral con la personal, lo que les causa un mayor bienestar y motivación, influyendo así en la fidelización a su trabajo. Este interés se ve reflejado en los datos de la Encuesta Millennials 2017, según la cual el 84% afirma tener cierto grado de flexibilidad en su puesto.
Además, están dispuestos a una mayor movilidad que las generaciones pasadas, valorando positivamente que su puesto conlleve la realización de viajes e incluso estando abiertos a traslados a nivel internacional.
En cuanto a la forma de trabajo, suelen preferir modelos más informales, que les dejen cierta libertad y les permitan socializar. Algo muy valorado es el trabajo remoto o desde casa, que consideran que aporta gran flexibilidad y les permite planificar sus horarios de forma más productiva, lo que les lleva a un mayor bienestar personal. También se decantan por el smart working, con el fin de demostrar que el verdadero valor del trabajo está en su calidad y en la productividad del empleado, y no en las horas que le dediquen. Consideran formas más alternativas como el gig o freelance, externalizando trabajos puntuales, algo que casi la mitad se plantea como un sustituto a su puesto, y no como un simple complemento.
Ambiente de trabajo
Si prefieren formas de trabajo informales, esto debería verse reflejado en los espacios de trabajo, que deben ser planificarse y gestionarse para ser flexibles y contribuir a la productividad y la concentración, así como dedicar una parte al ocio, entretenimiento, desarrollo y aprendizaje. Habrá que tener en cuenta la relación que tienen con la tecnología por ser nativos digitales: según un estudio de HP, el 59% tiene en cuenta la tecnología de la que disponga la empresa y el 78% considera que les permitirá ser más productivos.
Pero el ambiente no solo lo determina el entorno físico. El clima de trabajo con los compañeros es clave para que el empleado se sienta cómodo e influirá en su sentido de pertenencia. Al impulsar el trabajo en equipo, el compañerismo y la integración adecuada de los nuevos trabajadores, se establece un ambiente más ameno, llegando incluso a surgir lazos de amistad, como muestran los datos de Docebo, según los cuales el 36% de los millennials hacen amistades con sus compañeros. Si no pudiera darse una relación tan estrecha, al menos es necesario que exista tolerancia y respeto, valorando a las demás personas y su trabajo.
En cuanto a la relación con niveles jerárquicos superiores, la existencia de un organigrama claramente definido les permitirá orientar mejor su desarrollo en la empresa, pero no quieren jefes estrictos y distantes. De hecho, más que un jefe, buscan un líder (a ser posible inmediato), una figura cercana y de confianza, que trabaje con ellos y que, en parte, les guíe en su trayectoria. Este superior debe entender a cada empleado como una persona, y no como un número más, manteniendo una bidireccionalidad que, además de hacerles conocer sus tareas y áreas de oportunidad y mejora, valore y reconozca su trabajo y esfuerzo. Puede parecer algo secundario, pero este feedback es clave, ya que, como muestra el informe “Carreras profesionales de los Millennials: Horizonte 2020” de Manpower Group, el 53% se replantearían su puesto si sintieran que su papel no es valorado por la organización.
Cultura y valores corporativos
La supuesta falta de implicación con la empresa de la que veníamos hablando se da, en parte, debido a la imagen que proyecta la empresa entre sus empleados, como una organización cuya única motivación es el ánimo de lucro y que no presta importancia al bienestar de sus demás públicos.
Es clave que la empresa cuente con una cultura empresarial, unos ideales y objetivos fuertes y claros, y, a ser posible, que coincidan con los personales de los millennials.
Algunos de los temas que más involucran a esta generación son la igualdad, el medio ambiente y temas como educación o creación de empleo, así como las acciones sociales, muy valoradas por el 76% de los encuestados por Deloitte. Estas les provocan un sentido de satisfacción y realización, además de mejorar la imagen de la empresa con todos los públicos.
Desarrollo y crecimiento
Tienen muy presente la rápida evolución e inestabilidad del mercado laboral, lo que, sumado a la generalizada temporalidad de los contratos, les lleva a redefinir el concepto de “seguridad laboral”. Ya no consiste en tener trabajos de larga duración, sino en desarrollar diversos conocimientos, experiencias y habilidades que les aseguren un CV atractivo para otras posibles candidaturas. En resumen: se centran en buscar nuevas oportunidades.
Estas ganas de crecer se relacionan con una gran ambición profesional, que influye en su bienestar personal mediante la consecución de objetivos propios, aprendiendo continuamente y superándose a sí mismos.
Por ello, se verán más fidelizados por las compañías que realicen inversiones destinadas a su formación académica y profesional, pues les demuestra la confianza en su talento y expectativas de progreso. Deben tener muy claro su papel en la empresa, sabiendo que realmente aportan algo a unos proyectos atractivos y que les hagan sentir realizados personal y profesionalmente.
Salario y beneficios
Es cierto que, entre empresas más o menos similares, tienden a valorar aspectos como el crecimiento profesional y personal, pero eso no implica que dejen de lado la relevancia del salario. Piden una remuneración adecuada a su trabajo, y, si existe la posibilidad, valoran la suma de comisiones o abonos por la consecución de objetivos. También marcan la diferencia otros beneficios no estrictamente monetarios, como pueden ser ayudas al transporte, cheques restaurante o seguros médicos privados.
A pesar de que no tienen muy claro hacia dónde se dirigen sus países por la incertidumbre económica y política, piensan que su nivel económico será mayor que el de las generaciones previas, aunque no creen que vayan a ser más felices, lo que justifica que consideren otros aspectos antes que el sueldo.
¿Qué deben hacer las empresas?
Cada vez más, las empresas tienden a buscar perfiles multidisciplinares y proactivos, que coinciden perfectamente con lo que un millennial podría ofrecer. El motivo es fácil de entender: los nativos digitales manejan de forma más intuitiva estas tecnologías que, a día de hoy, son imprescindibles en cualquier proceso.
Pero no solo valoran conocimientos como la informática o los idiomas, sino que formaciones complementarias son un punto diferencial entre dos candidatos. Estas se han visto potenciadas gracias a Internet, que ha desarrollado de forma mucho más asequible la capacidad de autoaprendizaje que caracteriza a esta generación.
Sin embargo, la alineación de objetivos no debería limitarse a esto. Tendría que existir un esfuerzo por parte de ambos para adaptarse a los intereses ajenos, de forma general y particular. Es decir, si cabe la posibilidad, lo ideal sería gestionar y valorar a cada empleado en función de sus características concretas. Fomentar el uso de las tecnologías y adaptar el espacio y las formas de trabajo no solo mejorará la productividad, sino que influirá directamente en la fidelidad.
Ahora toca buscar un equilibrio y el bien común que permita a todos un adecuado desarrollo de su trabajo.