En los últimos años prácticamente todos los ámbitos han sufrido diversos cambios, principalmente por los avances tecnológicos, que están cada vez más presentes en el día a día empresarial.
Dentro de esta transformación digital, un papel clave es el que tiene la Inteligencia Artificial (IA), por su protagonismo en la vida tanto cotidiana como profesional. Un buen ejemplo de ello son los asistentes personales como: Siri, los chatbots, la moda de la “smart home” o incluso las incorporaciones tecnológicas en vehículos. Por todo esto, la IA es uno de los ejes que condicionará el futuro de las empresas y organizaciones, tal y como mantiene Gartner en “Top Strategic Technology Trends 2018”, situándola en el primer puesto.
La Inteligencia Artificial supone para las empresas un ahorro de tiempo y costes, una mejora de las estrategias como consecuencia del conocimiento extraído de los datos, una simplificación de la toma de decisiones y mayor innovación.
En 2018, un estudio de Adecco mostraba que el 98% de expertos opinaba que la Inteligencia Artificial aumentará de forma exponencial la productividad en las empresas. Sin embargo, en España apenas está implementada, como mantiene el 93% que cree que esta revolución no se está gestionando correctamente. Estos datos coinciden con los del estudio encargado por Microsoft a la consultora Ernst & Young, que muestran que solo un 20% de las empresas españolas está aplicando Inteligencia Artificial en la actualidad. De hecho, de acuerdo a los datos publicados en el mismo año por Sage “la falta de productividad le cuesta a las pymes españolas 20.400 millones de euros al año”, considerando el tiempo que emplean los trabajadores en realizar tareas que podrían ser completadas por tecnologías de IA, impidiéndoles realizar otras de carácter más estratégico.
Como dato positivo, a pesar de esta escasa implementación, muchas empresas la consideran una tecnología importante y necesaria en un futuro. Aunque tenga un largo camino por recorrer, la Inteligencia Artificial es y será cada vez más esencial, pudiendo llegar a ser una base necesaria para el desarrollo de ciertos negocios e incluso influyendo enormemente en la creación de nuevas empresas, en aspectos como el enfoque de negocio o la estructura organizacional.
Beneficios de la Inteligencia Artificial en la empresa
La Inteligencia Artificial correctamente implementada en la empresa puede ser un elemento estratégico clave y afecta a todos los niveles y departamentos. Sus usos y posibilidades son muy variados, por lo que deberán determinarse en función de las capacidades, objetivos y necesidades para cada caso. Algunos de los beneficios generales son:
- Ahorro de tiempo y mayor productividad: la automatización de tareas rutinarias permite que los empleados utilicen su tiempo para realizar otro tipo de actividades, mejorando su rendimiento. Además, los procesos automatizados consiguen resultados muy efectivos en menos tiempo, lo cual también conlleva una reducción de costes
- Más información gracias al análisis de datos: la cantidad de datos generados hoy en día es inmensa, por lo que se hace necesaria su gestión y su análisis para extraer de ellos información interesante y diversas conclusiones. Por ejemplo, se puede conocer mejor los deseos y las aspiraciones de los clientes (cada vez más informados y exigentes) para poder cumplir sus expectativas, o conocer mejor aspectos de la propia empresa. Como puede ser: el control de la distribución en tiempo real o el stock restante. Todo ello permite una mejor organización y desarrollo de estrategias, con lo que la calidad se verá incrementada. La IA puede analizar datos estructurados o no estructurados, siendo estos últimos cerca del 80% de los datos digitales existentes
- Mejora de las estrategias empresariales y la toma de decisiones: como consecuencia del exhaustivo análisis de los datos y la gran cantidad de los mismos, se puede llevar a cabo una mejor toma de decisiones. Además, la IA permite que las personas se centren en este paso al encargarse de: la recolección, el procesamiento y el análisis de los datos
- Aprendizaje de los errores: la IA tiene la capacidad de “aprender” de sus experiencias, identificando los errores pasados para evitarlos en un futuro y aprovechando los aciertos para sacarles el máximo partido. Así, su actuación varía en función del contexto y va mejorando a medida que cuenta con más datos, tanto externos como basados en sus intervenciones previas
- Protagonismo de los trabajadores: la implantación de la Inteligencia Artificial no implica dejar de lado el papel de los empleados. De hecho, les permitirá centrarse en facetas como la creatividad o la imaginación, lo que desemboca en una mayor innovación y que, a su vez, conlleva una mejora de la experiencia de los clientes
Se cree que en los próximos años el alcance de la Inteligencia Artificial será mayor, por lo que su accesibilidad se verá ampliada y podrán adoptarla tanto pymes como grandes empresas. A cambio, deberán realizar profundos cambios en los entornos de trabajo, que se volverán más eficaces y competitivos.
Claves para implementar la Inteligencia Artificial en la empresa
Implementar la IA en la empresa puede ser complicado. Principalmente hay que: dirigirla hacia un objetivo, desarrollar una buena estrategia y liderar con inteligencia, gracias a estas pautas deberán ser conscientes del esfuerzo e inversión involucrando a todos los empleados. La implementación de la Inteligencia Artificial puede hacerse muy compleja porque debe adaptarse a las distintas industrias y empresas y requiere de una gestión específica. Según los datos consultados en el estudio encargado por EY para Microsoft existen tres retos clave:
- La necesidad de una regulación y unas normas, lo que conlleva realizar el trabajo con cantidades ingentes de datos (privacidad, seguridad, etc.)
- Cambio cultural de la empresa y los empleados
- Formación y desarrollo de capacidades para conseguir los resultados estimados
Aunque la mayoría de los empresarios son ya conscientes de su importancia, muchas empresas no han desarrollado una estrategia para implementarla. Para que se dé con éxito, deben tenerse en cuenta ciertos aspectos:
Aplicarla con sentido
La Inteligencia Artificial en la empresa debe tener un sentido y aplicarse en relación a un objetivo concreto, para resolver un problema o mejorar cierto aspecto del negocio, algo de lo que muchos directivos no son todavía conscientes, motivo por el que no entienden la utilidad que les puede generar.
Implementar la IA simplemente porque se cree que es importante carece de sentido, por lo que se debería relacionar con el rendimiento de la empresa o como atención a una necesidad específica.
También se hace necesario entender que la IA no da resultados inmediatos ni resuelve problemas con su simple presencia, sino que necesita numerosos datos relevantes y de calidad, así como tiempo para aprender y mejorar sus resultados.
Entender que necesita una estrategia
Hay que comprender que el valor no es solo de la tecnología en sí misma, sino en cómo se usa, para qué se necesita o cuál es el objetivo y estrategia que se busca. Esta debe determinarse de manera coherente y considerando los proyectos según los objetivos corporativos, integrándola en distintas áreas de la empresa y relacionando los datos siempre que sea necesario.
Ser conscientes de que conlleva esfuerzo e inversión
La Inteligencia Artificial conlleva una inversión para conseguir un software adecuado entre todas las alternativas. En muchas ocasiones también es necesario realizar un pago para conseguir los datos, que determinarán en muchos casos la calidad del análisis y, por tanto, cuál es la mejor decisión para la empresa. No se puede olvidar la necesidad de un equipo de expertos. Todo ello debe ser entendido no como un gasto, sino como una inversión, aunque tal vez sus resultados lleguen más tarde de lo previsto.
Liderazgo
La implementación debe ser iniciada, promovida y liderada de forma estratégica por la dirección y los altos cargos de la empresa. Estos deben determinar ciertas pautas y principios para su correcto uso, además de encargarse de la formación de los empleados. No solo eso, sino que también es clave la creación de una cultura de empresa que contemple la Inteligencia Artificial para favorecer la confianza por parte de los trabajadores.
Involucrar y formar a todos los empleados
Los empleados tienen que saber por qué se utilizará la Inteligencia Artificial y desarrollar su confianza hacia ella, para lo que hay que tomar en consideración factores como la privacidad o los riesgos que puede suponer. En muchos casos, es posible que los empleados entiendan la Inteligencia Artificial como una amenaza para su puesto de trabajo. Por ello, debe desecharse esta idea y promover su entendimiento como complemento y promover el apoyo en vez de pensar en esta tecnología como un rival.
La clave es el equilibrio adecuado entre las aportaciones de la Inteligencia Artificial y el trabajo humano. Actualmente, parece haber cierto optimismo con este tema, como muestran los datos de Randstad Workmonitor, según los cuales “más de 12,2 millones de profesionales en España consideran que la inteligencia artificial beneficiará a su empleo durante los siguientes 10 años”. Para ello será necesaria la formación, haciendo evolucionar las competencias, habilidades y perfiles profesionales demandados. Además, el 87,9% de los encuestados dice querer una formación en competencias digitales para su puesto. Esta visión, desde luego, facilitará la inclusión de la Inteligencia Artificial en los distintos tipos de negocio.