No es novedad que las Apps reinan el panorama móvil desde hace tiempo. Y esto es importante por la cantidad de tiempo que le dedicamos al móvil: 3 horas y 40 minutos al día de acuerdo a los datos del estudio Digital 2020 de Hootsuite y We are social. Además, del informe “Impacto del coronavirus en el uso del móvil” de Smartme Analytics, se extrae que la media de uso de smartphone ascendió un 38,3% como consecuencia del confinamiento.
De este tiempo, el 91% se emplea en aplicaciones móviles y tan solo el 9% restante corresponde a navegadores. Siguiendo los datos arrojados por App Annie, el tiempo dedicado a aplicaciones móviles creció en un 20% durante el primer trimestre del año y, solo en abril, se consiguieron más de 200.000 millones de horas de uso.
Los datos de descargas son igualmente interesantes: en 2019 sumaban 204.000 millones. Con datos más recientes de Statista, se lograron más de 33.600 millones de descargas de apps en el primer cuatrimestre de 2020; más de 37.000 millones durante el segundo y unos 36.000 millones en el último.
Con todo ello, vemos que es un mercado sólido y bien consolidado. No obstante, esto no implica que la Web se esté dejando de lado. De hecho, a nivel nacional los datos de uso van variando, con lo que el móvil y el escritorio compiten continuamente por posicionarse a la cabeza, como vemos en el gráfico de StatCounter.
La decisión de desarrollar una App corporativa
La presencia online es prácticamente imprescindible hoy en día. Cuando un usuario quiere saber sobre algún tema o encontrar un producto o servicio, lo primero que hace es recurrir al buscador. Por ello, la web suele ser uno de los primeros ejes a considerar. Esta actúa como escaparate de nuestra marca en Internet y supone el primer contacto con un potencial cliente. De hecho, lo más probable es que una primera conversión ocurra a través de este medio.
El caso de la App es distinto. En muchas ocasiones, nace como una mera copia de la web. Este planteamiento puede tener éxito por la comodidad que ofrece, pero, por lo general, interesa ofrecer un valor añadido al usuario. Antes de decantarnos por el Desarrollo de una App, hay una serie de factores que podemos tener en cuenta:
- El objetivo que buscamos: mejor experiencia de usuario, mayor fidelidad, innovación…
- La frecuencia de uso que tendría la App: es poco común que se instale una aplicación que apenas se utilizará. Para estos contactos más esporádicos, la gente suele recurrir a la página web.
- Sus funciones: si se busca interactividad o un uso de las características del dispositivo como la cámara o el micrófono, una app resulta más útil. Lo mismo ocurre con el modo sin conexión: si es importante para nuestro objetivo, interesa elegir una app.
Un ejemplo muy claro está en el Sector de los Seguros. El usuario busca en el navegador las distintas opciones y las compara hasta que, finalmente, contrata una. Al ser cliente de la empresa, busca una forma más cómoda y rápida de relacionarse con ella. Por estos motivos y por las posibles ventajas que ofrezca la app (descuentos, puntos de fidelidad, etc.), la instala en su móvil.
En definitiva, la página web es ideal para las primeras interacciones con un usuario, mientras que, si estos se vuelven recurrentes o buscamos un vínculo más estrecho, la app se vuelve una herramienta más efectiva.
Ventajas de una App
La buena acogida que tienen, en general, las apps, no resulta sorprendente si consideramos sus ventajas. Hemos comentado que, dependiendo del objetivo y el punto en el que nos encontremos, puede resultar más conveniente una web. Sin embargo, una vez que el usuario elige instalar una aplicación en su dispositivo, son múltiples los beneficios tanto para él como para la compañía:
1. Comodidad de uso y experiencia de usuario optimizada.
Esta comodidad de uso viene determinada, principalmente, por cuatro puntos:
- Inmediatez. Al estar instalada, la velocidad de carga tiende a ser mucho más rápida, evitando esperas que son cada vez menos toleradas. La navegación es también más fluida.
- Fácil acceso. Para acceder a una web, antes hay que entrar al navegador, teclear el nombre, seleccionar el resultado… este proceso desaparece con una app. Su disponibilidad en el menú del dispositivo la posiciona a tan solo un clic, simplificando los pasos y, con ello, invitando al usuario a visitarla más veces al día.
- Usabilidad. Las apps se plantean siguiendo unos estándares de diseño y usabilidad que las hacen más “amigables” que las webs a las que se accede desde el móvil. Las experiencias son más personalizadas en función del público al que se dirigen, y también del usuario único que las tiene instaladas.
- No requiere inicio de sesión cada vez que se abre. En la mayoría de casos, los datos de inicio de sesión (o de registro) se introducen solo la primera vez que se utiliza la app. A partir de ahí, quedan normalmente guardados para eliminar este trámite, que puede resultar molesto si se exige con mucha frecuencia.
2. Mejor comunicación y uso de las notificaciones
La comunicación entre el usuario y la empresa se ve favorecida a través de una app. Esto es, en parte, por las ventajas que comentábamos en el punto anterior: rapidez y usabilidad. Se genera un espacio de comunicación donde situar información actualizada, canales de atención personalizada y en tiempo real, recomendaciones específicas, etc. Además de apartados extendidos como el chat o las preguntas frecuentes, debemos recordar el protagonismo de las notificaciones push. Con ellas, el usuario de la app recibe fragmentos de información (o llamadas a la acción) sobre temáticas que le interesan y en momentos clave.
3. Datos
Los datos que se extraen del uso de apps pueden ser extremadamente valiosos, e interesa especialmente cruzarlos con otro tipo de analíticas, como las obtenidas de la web o el canal offline. Estas informaciones tocan de forma más precisa variables como la ubicación, entre otras como el comportamiento, los enlaces pulsados, etc. Su estudio es una fuente de mejora no solo para la propia app, sino también para la toma de decisiones en otras áreas de la organización.
4. Visibilidad, fidelización y fortaleza frente a la competencia
Una app es, finalmente, un canal más para conectar con el público. Y eso termina por reportar mayor visibilidad. Además, no es un canal cualquiera: está de forma continua en el dispositivo del usuario, permaneciendo en su mente y reforzando el vínculo con él. Esto, junto a la utilidad de la misma (que lleva a un uso frecuente) y las notificaciones especiales para los usuarios, supone una vía de fidelización muy potente, como ya habíamos comentado en nuestro blog.
Una de las cosas más importantes es que se eliminan las distracciones que puede recibir el usuario en su “camino” hacia la conversión. Por ejemplo, al utilizar un buscador, se expone a interferencias como publicidad u otros resultados bien posicionados. Esto es un riesgo para nuestra marca, en tanto que un usuario que, en principio, nos buscaba a nosotros, puede plantearse optar por la competencia. En una app la única marca presente es la tuya.
5. Disponibilidad continua y modo offline
Aunque en esta ventaja coincida con cualquier web, no podemos dejar de mencionar su disponibilidad todos los días y a cualquier hora. Esto incrementa la confianza y la conexión que sienten los usuarios hacia la marca, entendiendo que realmente tienen una vía continua de acceso a ella.
En lo que sí se diferencia es en que muchas apps ofrecen modo offline, que permite usar toda la aplicación o determinadas características sin requerir una conexión estable a Internet.
6. Nuevas funcionalidades
En la actualidad, la mayoría de empresas tienen webs a las que acceder fácilmente. Muchas de ellas son bastante similares, con lo que la diferenciación se complica cada vez más. Una app ayuda a este propósito en tanto que puede aportar un valor extra al usuario. Gracias al uso de los periféricos del dispositivo (GPS, cámara, micrófono…), se amplían las opciones de uso y, sobre todo, de interacción. Funcionalidades innovadoras, útiles y creativas que aprovechen las características del dispositivo marcarán la diferencia.
Respecto a los inconvenientes, el principal es que existen barreras a la hora de efectuar una descarga. Como ocupa espacio en el dispositivo, antes de instalarla se suele meditar si realmente merece la pena, algo que no ocurre con la visita a una web. Es por ello que se debe procurar que la aplicación presente características relevantes e interesantes para el usuario.
Tipos de Apps según el público: B2B, B2C y B2E o Productividad
La decisión de Desarrollar una app tiene que venir promovida por un objetivo claro. Para descubrir qué tipo de app nos conviene más, debemos analizar a qué área y a qué target involucra ese objetivo. De este modo, distinguiremos las apps dirigidas a consumidores generales, las dirigidas a otras empresas y las internas (normalmente de productividad).
Aplicaciones B2C (Business to Consumer: del negocio al consumidor)
Son las más extendidas y conocidas. Buscan ofrecer un servicio o una utilidad específica al consumidor final, por lo que tienden a buscar el mayor número de descargas. Los tipos más comunes son:
- Fidelización: destinadas a un público amplio pero no de masas, normalmente para los que ya son clientes de la empresa. Ofrecen ventajas exclusivas.
- e-commerce: presentan una interfaz de compra que suele cumplir la misma función que la web, pero optimizada para el móvil. Como comentábamos, la app reporta ventajas para la empresa (como eliminar las interferencias de los competidores), por lo que se promueve su uso con descuentos y promociones específicas.
- Apps como producto: el uso de la app es el propio producto y propósito, como ocurre normalmente con los juegos o las redes sociales.
Aplicaciones B2B (Business to Business: de negocio a negocio)
Se desarrollan para su uso por empresas o profesionales externos, bien como herramienta de trabajo o como ayuda a la productividad. También existen como solución a una necesidad específica. Su importancia ha aumentado en los últimos años. Ya en 2015 la categoría Negocios se posicionó segunda en App Store y cuarta en Google Play.
Aplicaciones B2E (Business to employee: de negocio a empleado)
Las aplicaciones B2E son de uso interno en la empresa, normalmente dirigidas a optimizar procesos y aumentar la productividad. Puede haber distintos enfoques en función del área que se pretenda trabajar.
Las hay más genéricas, por ejemplo, para la gestión del tiempo (organizar las tareas, prever cuánto tiempo llevará cada una…), la gestión de proyectos (asignar tareas, colaboración con el equipo, recepción de feedback del cliente y anotaciones, etc.) o la digitalización de trámites típicos de una empresa (solicitud de bajas o permisos, vacaciones, firma digital, seguimiento de la jornada…).
Otras se encaminan hacia la comunicación y la satisfacción laboral, como puede ser con información corporativa, ventajas para empleados, promociones y reconocimientos, formaciones, mejora de las relaciones entre empleados y departamentos, etc. Estas funcionalidades consiguen fidelizar al empleado y reforzar su sentimiento de pertenencia a la empresa.
Por último, pero no menos importante, encontramos aplicaciones más específicas dependiendo de la tarea. Un claro ejemplo son las empresas de transporte, que deben anotar los datos del cliente en el momento de la entrega para certificar la recepción. Procesos como este se digitalizan en apps de productividad, haciéndolos más sencillos, cómodos e inmediatos.
Tecnologías para desarrollar Apps: Nativas o Híbridas
Respecto a las tecnologías para la creación de apps, generalmente podemos distinguir apps nativas, aplicaciones web y Apps híbridas. Es también importante conocer sus pros y sus contras para optar por la mejor para nuestro negocio.
Las Aplicaciones Nativas son desarrolladas de forma específica para un sistema operativo concreto. Por ello, suelen ser más eficientes en el uso que hacen del hardware del dispositivo, por ejemplo, en lo referente a memoria, ubicación, etc. De este modo, si alguna de estas características es clave en una App, puede interesar decantarse por una nativa. Su principal característica es también una desventaja: solo funcionan para el sistema para el que se programan. Por lo tanto, si se busca que funcione en iOS y Android, habrá que desarrollar dos veces el mismo proyecto. Lo mismo ocurre a posteriori, con cualquier cambio o actualización.
Estos inconvenientes a la hora de crear aplicaciones se intentaron abordar con las apps híbridas. Hace algunos años, se basaban en programar una web y encapsularla en una app nativa, mostrándola a través de un WebView. Sin embargo, los resultados eran a menudo poco profesionales y diversas funciones (como la interacción con el hardware) se veían muy limitadas.
Afortunadamente, la evolución de las Aplicaciones Híbridas ha sido increíblemente positiva. De hecho, ahora hablamos de apps híbridas con resultados nativos. Así, en su desarrollo se utilizan frameworks que permiten generar app nativas tanto para iOS como para Android trabajando con un mismo lenguaje. Esta característica resulta también beneficiosa de cara al futuro soporte y mantenimiento de la app. Como pequeño inconveniente, podemos mencionar que ante actualizaciones de las versiones de iOS y Android, estos frameworks pueden mostrar cierta demora.
Para elegir el framework que mejor se adapte al proyecto, lo más común es fijarse en qué lenguajes de programación utilizas habitualmente. Esto determinará cuál debes usar. Algunos de los frameworks más conocidos son Ionic, React Native y Xamarin.
- Ionic: framework gratuito y open source. Sus componentes están escritos en HTML, CSS y JavaScript. Permite crear apps móviles híbridas multiplataforma de forma rápida y sencilla, sin necesidad de conocer el código nativo.
- React Native: escrito en JavaScript. Ofrece una experiencia nativa, pues transcribe el desarrollo realizado en el framework al lenguaje utilizado en el sistema en el que se vaya a visualizar. Además, durante el desarrollo permite ver las modificaciones más rápido, lo que agiliza el proceso.
- Xamarin: basado en .NET, es un framework de código abierto que usa C# como lenguaje de backend y XAML para el frontend. Su mayor ventaja es la posibilidad de compartir hasta el 90% de lo desarrollado para distintos sistemas, por lo que sus resultados pueden ser multiplataforma.
Metodología de desarrollo de una App
Si bien existen diversas metodologías para desarrollar una app, una de las más implementadas hoy en día es la Metodología ágil, destacando Scrum. Como punto fuerte encontramos su flexibilidad, con la posibilidad de ir evolucionando el proyecto en base a las necesidades y el feedback recibido en cada etapa. Este desarrollo iterativo reduce la incertidumbre típica de los desarrollos “en cascada”, donde no se veía el resultado hasta el último momento.
El uso de Metodologías Ágiles implica que se está trabajando con un equipo comunicativo, pues involucrar al cliente y escuchar su feedback es esencial aquí. Los ciclos o sprints en los que se pautan las entregas aseguran un cumplimiento eficiente de los plazos.
Un método igualmente importante en el caso del Desarrollo de Apps es el Design Thinking y el prototipado en el que se apoya. Se trata de trabajar con una clara orientación hacia el diseño, por su influencia en la experiencia de usuario y su interacción con la app. Recibir opiniones y respuestas a este prototipo da una idea de qué reacción tendrán los usuarios y, de ese modo, posibilita eliminar errores e introducir mejoras.
Elegir al proveedor de desarrollo de Apps
Para elegir la empresa que se encargará del desarrollo de tu app, es necesario analizar algunos aspectos para asegurarnos de que la colaboración será satisfactoria:
- Qué tecnologías domina el equipo: lo más recomendable es que sean actuales, para asegurar que el soporte sea adecuado y responda a las expectativas de los usuarios. Por ello, también buscamos innovación en ellas, pero, sobre todo, que se adapten a nuestro proyecto.
- Qué equipo se encargará de nuestro proyecto: así conoceremos a fondo en qué se áreas son expertos, cómo se complementan entre sí (si es un equipo multidisciplinar o si tienen especializaciones distintas), la experiencia previa, etc.
- Trabajo de la empresa: los casos de éxito, los servicios que ofrecen, las valoraciones que reciben… Todos estos datos pueden ser indicadores clave del desempeño de una empresa de desarrollo de apps móviles.
- Metodología: como ya hemos comentado, por lo general es favorable que una empresa emplee metodologías ágiles como Scrum (que aseguran una comunicación fluida entre empresa y cliente). En el caso de las apps, el prototipado y el desarrollo orientado al diseño son pilares básicos por el uso final que reciben.
Desarrollo de Aplicaciones: Conclusión
Estando en el Siglo XXI es lógico Desarrollar una App para tu negocio, pero ¿es obligatorio? Como hemos visto a lo largo del artículo depende de muchas variables e incógnitas que deberás consultar previamente con unos Expertos en Desarrollo Empresarial.
En Digital55 llevamos trabajando más de 15 años ofreciendo ayuda en cientos de proyectos y recomendamos que te asesores con Especialistas Digitales antes de tomar una decisión. Si tienes alguna duda al respecto, Contáctanos y te ayudaremos lo antes posible.